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Calidad del Aire Interior en los Edificios: el Radón

Este mes se ha celebrado el día internacional del radón, para concienciarnos del peligro que implica este gas en nuestra salud.

El radón es un gas que proviene del medio natural, en concreto, de los suelos rocosos. Su presencia es difícil de detectar ya que no cuenta con unas características físicas reconocibles a simple vista. Esto hace que, aunque existen métodos de medición, pocas veces se tiene en cuenta su presencia a la hora de elegir los terrenos construibles.

Sorprende ver el mapa del Consejo de Seguridad Nuclear sobre el riesgo de la exposición al radón en España.

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El mapa diferencia tres categorías: baja (0), media (1) y alta (2), según la probabilidad de encontrar en la zona edificios con concentraciones de radón superiores al nivel de referencia, de 300 Bq/m3. En zonas de categoría (0), dicha probabilidad es inferior al 1%, mientras que puede superar el 10% en las zonas de categoría (2). No obstante, las concentraciones de radón más elevadas suelen encontrarse en sótanos y plantas bajas.

Al ser un gas, el radón se mezcla con el aire que respiramos y se suma a los elementos que contaminan el ambiente que nos rodea. Éstos pueden llegar a introducirse en nuestra propia vivienda con accesos tan sutiles como grietas en los cerramientos o suelos de un forjado sanitario en contacto directo con el terreno.

Puntos Débiles de una Edificación Frente al Gas Radón

Según recoge un estudio realizado por el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, los puntos débiles a los que se enfrenta una edificación de cara al gas radón son los siguientes.

1. Cámaras de Aire de Muros

Ésta es una vía frecuente por donde el radón, tras penetrar en ellas, podrá moverse con absoluta libertad e incluso viajar por estas cámaras hasta pisos altos.

2. Soleras en Sótanos

Las soleras suelen realizarse con hormigón armado o en masa, con juntas de dilatación situadas por tramos de superficie, y con juntas en los encuentros con paramentos verticales, permitiendo de esta manera, que puedan producirse movimientos diferenciales entre elementos constructivos distintos sin que se presenten patologías por rotura de sistemas. Estas juntas, necesarias en un proceso constructivo, constituyen caminos del gas hacia el interior. También lo constituyen las fisuras de la propia solera e incluso el hormigón mismo (el gas es capaz de atravesar los poros de materiales hasta un determinado espesor definido por la longitud de difusión del material).

3. Muros de Sótano

Los muros de los sótanos de viviendas enterradas o semienterradas pueden ser traspasados por el gas del terreno. Ocurrirá lo mismo que con las soleras. Son sistemas que están en contacto directo con el terreno y se deberán proteger de la misma manera.

4. Conductos de Saneamiento

En muchas ocasiones, los conductos verticales de saneamiento conectan los aseos, baños y cocinas, con las arquetas de la red horizontal de distribución situada normalmente bajo la solera o el piso de sótano.

Las arquetas no son elementos suficientemente estancos por lo que el gas penetrará en ellas y a través de las bajantes podrá ascender hasta los cuartos húmedos si el sifón perdiese efectividad.

Normalmente las concentraciones altas de radón se encuentran en las plantas bajas que están más cerca del terreno. No obstante, se han registrado valores elevados en plantas altas. Este fenómeno puede justificarse, entre otras razones, por los conductos de saneamiento que están en contacto con las arquetas enterradas en el terreno y que a través de ellos asciende el gas hasta plantas más alejadas.

5. Forjados Sanitarios

El gas proveniente del terreno podrá acumularse en la cámara de aire bajo el forjado sanitario y si ésta no está ventilada, podrá traspasar el forjado y penetrar en la vivienda.

Más información

http://optimoaislamiento.com/edificios-saludables/radon-efectos-salud/

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