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Consumo Consciente de Juguetes

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Desde Inarquia, con motivo de estas fechas en las que todos tendremos más tiempo libre, nos gustaría compartir con aquellos que tenéis hijos pequeños, la importancia de jugar con ellos.
Jugar es muy importante
El juego favorece al desarrollo intelectual y creativo del niño y debe fomentarse. Sin embargo es un error pensar que el juego y el juguete son una misma cosa. El juego debe servirse de los juguetes y no al revés, es decir, que el juguete solo es bueno si sirve de instrumento para el juego que practica el niño, si favorece su imaginación.
De hecho, el juguete no tiene por qué ser comprado. Cuántas veces unos palos, cuerdas, cartones y pinturas nos han ayudado a construir una casita, a hacer caretas o crear un arco para jugar y nos ha entretenido más que cualquier juguete comprado…. Y es que muchas veces lo que más entretiene es el montaje, el construir y  crear algo. Actualmente hay muchísimos juguetes que precisamente basan su uso en esto: en montaje o creación de algo. Son los juguetes que no compramos, los que llamamos juguetes de “bajo presupuesto”, hechos con cosas que tenemos a mano. Debemos tener cuidado con los anuncios televisivos de juguetes que casi siempre engañan sobre las capacidades del juguete o su tamaño real.
Elegir el juguete adecuado
Visto que jugar es necesario para los niños, y que vivimos en una sociedad de consumo, a la hora de elegir un juguete hemos de tener en cuenta cosas como la edad recomendada para su uso, materiales,
Además hemos de tener en cuenta el material del que este hecho el juguete, si es perjudicial para la salud (como el PVC o el mercurio de las pilas), si es biodegradable o es perjudicial para el medio ambiente (derivados del petróleo como plásticos, embalaje excesivo) y que sea durable o por lo menos reparable.
Si el juguete que elegimos comprar está hecho con materiales naturales, dado que no se suele reciclar (por lo menos no los juguetes), estaremos favoreciendo al medio ambiente (generando menos residuos contaminantes) además de que el niño que lo utilizará que no estará expuesto a materiales que puedan ser nocivos.
 
¿Sabemos a quién compramos?
Las marcas de juguetes globalmente conocidas pertenecen a multinacionales, que casi siempre subcontratan la producción de estos a fábricas del sureste asiático donde las condiciones de los trabajadores son infrahumanas. Otras empresas sin marca y más baratas también fabrican juguetes en estas condiciones y además suelen romperse fácilmente, además de que ponen en riesgo la salud de los pequeños, que pueden ingerir algún fragmento o pieza suelta o rota.
De forma paralela existen talleres artesanos o empresas fabricantes de juguetes que los producen en condiciones adecuadas y de alguna forma cuidando el medio ambiente (en estos casos se dan a conocer).
Sería una buena iniciativa cambiar nuestros hábitos de consumo y no dejarnos influir por la publicidad televisiva e impresa (de tantas revistas y folletos de juguetes que se reparten en navidad) y pasar a comprar los juguetes a pequeñas empresas, con distintivo de calidad, que respeten el medio ambiente (ya sea reparando juguetes como utilizando materiales naturales para su fabricación) y cuya elaboración se produzca de un modo adecuado.
Donde podemos comprar los juguetes
A la hora de poner esta iniciativa de “a quién comprar los juguetes” en práctica, hay que saber que las grandes superficies son casi siempre las que incorporan productos de estas multinacionales por lo que debemos dirigirnos a pequeñas jugueterías, ferias artesanas, a tiendas (o amigos) que faciliten juguetes de segunda mano etc.
Conciencia social y medioambiental
Por último en casa es una buena práctica enseñar a los niños a guardar y conservar sus juguetes en buen estado para que alguien (hermanos, amigos, alguna ONG) pueda usarlos tras ellos.
Podemos así guardarlos después de jugar, protegerlos del sol, reparar piezas reemplazables, quitar las pilas a juguetes que las lleven y que no se vayan a usar en mucho tiempo para que no se estropeen, etc.
Ahora que se acercan unas fechas tan señaladas, en las que la magia de la Navidad proviene de la ilusión de los niños al esperar los regalos de Papá Noel o los Reyes Magos, podemos promover un cambio en el consumo de juguetes tanto al comprar como al desechar, porque aunque haya gente que no pueda comprar hay otros muchos que ya no los necesitan que los pueden regalar.
¡Que ningún niño se quede sin su juguete en Navidad!
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