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La Pobreza Energética en el Día Mundial de la Eficiencia Energética

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Hoy se celebra el día Mundial de la Eficiencia Energética y desde Inarquia hemos querido remarcar esta semana el protagonismo que tiene la pobreza energética en nuestra sociedad. Anteriormente hablamos sobre los “Principales factores que causan la pobreza energética”, y a continuación trataremos sus consecuencias y cómo ésta afecta a los ámbitos tan importantes de nuestra vida cotidiana, como la salud, la calidad de vida, el medio ambiente o la degradación de los edificios.

Consecuencias en la salud

Habitar en viviendas con una baja eficiencia energética donde las temperaturas sean inferiores a las del confort térmico, afecta negativamente a la salud de los más vulnerables, niños y adolescentes, personas mayores y personas con enfermedades crónicas.

Según los estudios de MARMOT REVIEW TEAM (2011) “The Health Impacts of Cold Homes an Fuel Poverty” y LIDDELL, C. y C. MORRIS (2010) “Fuel poverty and human health: A review of recent evidence” se llega a la conclusión de que habitar de forma prolongada en viviendas con temperaturas frías, inadecuadas durante los meses fríos y húmedas pueden afectar a:

  • Enfermedades cardiovasculares e infartos.
  • Empeoramiento de enfermedades osteoarticulares, como la artritis, o reumatológicas.
  • Agravamiento de enfermedades respiratorias, como el asma, o alérgicas a consecuencia de humedades.
  • La salud mental de las personas, produciendo ansiedad, depresión o aislamiento social.

Habitar en viviendas que no cumplan las necesidades básicas para el bienestar térmico, produce un aumento de la utilización de los servicios médicos hasta un 30% en el caso de los niños. 

Además aumenta la mortalidad en dichos hogares debido a la pobreza energética llegando a ser responsable de al menos 2.300 muertes prematuras al año según el estudio “Pobreza Energética en España. Potencial de Generación de empleo derivado de la rehabilitación energética de viviendas”.

Consecuencias en la calidad de vida

La calidad de vida y el bienestar de las familias se ve  afectado por la pobreza energética.

Un incorrecto aislamiento puede provocar  temperaturas inadecuadas, humedades, hongos, ruidos y otra serie de problemas.

Además, un mal aislamiento agrava la situación de pobreza energética, ya que hace que aumente el importe total a pagar en las facturas,  que será superior al de un hogar eficiente.

Por tanto, las familias  a las que afecte este hecho, deberán destinar la mayor parte de la renta al pago de energía y tendrán que reducir su capacidad monetaria destinada a suplir otras necesidades básicas, como la alimentación y ropa.

Consecuencias en el medio ambiente

Según WWF/ADENA, los hogares Españoles emiten un 33% de gases de efecto invernadero, siendo su consumo de energía final del 17%.

No se puede demostrar que la pobreza energética y la contaminación ambiental sean consecuencias directas; sin embargo hay que tener en cuenta que a menor eficiencia energética, mayor consumo energético y mayor emisiones de gases de efecto invernadero.

Las emisiones provienen principalmente de las calderas de calefacción y calentamiento de agua, sin olvidarse que dependerá del tipo de caldera, su consumo, combustible, etc.

Si quieres saber más sobre las ventajas del uso de calderas de biomasa puedes consultar nuestro artículo.

Consecuencias en la degradación de los edificios

Como consecuencia de unas peores condiciones de habitabilidad en el hogar, se produce una mayor degradación de la vivienda aumentando la pobreza energética.

Las humedades existentes en los hogares con pobreza energética producen un mayor deterioro en la vivienda sobre todo en paredes, puertas y ventanas.

Desde Inarquia, en el día mundial de la eficiencia energética, creemos y trabajamos en el cambio necesario hacia una mejora de la sostenibilidad y la eficiencia energética en nuestros edificios.

Así mismo, denunciamos que el acceso a la energía no debe de ser un problema para las familias más desfavorecidas.

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