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Tipologías de Aislantes Térmicos Ecológicos para nuestras Viviendas

El aislamiento térmico para viviendas se produce con diferentes materiales de construcción y supone protección permanente y múltiples ventajas. En primer lugar, los productos de aislamiento térmico funcionan como barrera de protección ante los variados agentes externos que nos rodean, tales como clima, agua, fuego, humedad e, incluso, ruido.  En caso de que nuestro inmueble no contase con tales materiales, perderíamos hasta el 80% de la energía que consume la vivienda. El aislamiento no solo propociona ventajas medioambientales, sino también económicas. Nos aporta confort, protección y ahorro. 

 

Los aislamientos térmicos se clasifican en tres tipos:

– Ecológicos y naturales. Los más comunes de este primer tipo son la celulosa y la fibra de madera. La celulosa es un aislamiento termo-acústico, de origen reciclado y ecológico. Su obtención proviene del proceso de triturado del papel de periódico reciclado sin utilizar y sales de boro. Dicha mezcla consigue propiedades ignífugas y de prevención contra el ataque de insectos, ácaros o roedores. Se trata de un tipo de aislante excelente tanto para frío como para calor. Además, retrasa las llamas en caso de incendio. Por su parte, la fibra de madera también se utiliza para el aislamiento termo-acústico. En este caso, proviene del proceso de triturado de madera natural sin tratar, añadiéndo también sales de boro. Suele ser instalado bajo cubiertas o construcciones de madera en conjunto con barreras de vapor. Otros aislamientos térmicos ecológicos y naturales son el corcho, el lino, el cáñamo y el algodón.

– Minerales. El principal aislante mineral es la Lana de Roca, que se obtiene a partir del proceso de fundición de rocas volcánicas con mineral Coke, hasta llegar a los 1500ºC. De esta forma se consiguien fibras que al entrelazarse incorporan ligantes hidráulicos que proporcionarán sus propiedades térmicas, acústicas y comportamiento al fuego. Se suele instalar en fachadas con cámara de aire, bajo cubiertas o falsos techos. Otros aislantes conocidos son la fibra de vidrio y la Lana mineral. Esta segunda se conoce como SUPAFIL y también funciona como aislamiento térmo-acústico. Para su obtención se necesita fundir un 70% de vidrio reciclado y arena de Sílice sin ningún tipo de ligantes o formaldehidos. Supafil se puede instalar en cámaras de aire de fachada, en bajo cubierta y mediante proyección en húmedo.

– Plásticos. Indirectamente el aislamiento térmico también nos aporta ventajas como mejor calidad de vida, ya que evita condiciones poco saludables, creando ambientes más sanos de habitabilidad. Nuestro inmueble se revalorizaría al convertirse en eficiente y la inversión sería rentable, puesto que se recuperaría en un periodo de 1 a 3 años. Además, en ningún momento se pierde espacio interior habitable y tampoco se modifica el aspecto estético del hogar. Para ser instalado, el aislamiento no requiere de obras ni modificaciones y es aplicable en cualquier parte constructiva del inmuble. Además, es apto para cualquier tipo de necesidad. De cara al futuro reduce los impuestos. 

Éstas son solo algunas de las características que te harán replantearte el hecho de aislar tu vivienda para finalmente ganar mucho más de lo que inicialmente se ha invertido.

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