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Entrevista a Celia Pérez, directora general de Propamsa y nueva presidenta de Anfapa

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En ella, nos explica los objetivos, y las claves de la hoja de ruta de la Asociación en esta nueva etapa, tras consolidarse la unión con AFAM y haberse convertido en la representante del 90% de los fabricantes de Mortero y SATE en España.

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¿En qué situación se encuentra actualmente el sector de la construcción?

El sector está tratando de recuperarse del “tsunami” vivido estos dos últimos años, por un lado, la pandemia y, por otro lado, la crisis de materias primas, esta última nos ha afectado no solamente con unos incrementos de precios sin precedentes sino también con graves problemas de desabastecimiento; cuando la actividad de rehabilitación y construcción parecía que se iba recuperando empezaron a faltar materias primas esenciales para la fabricación de nuestros productos y esto originó grandes tensiones en
la cadena de suministro.

 

¿Qué balance hace de este bienio 2020-2021 para el sector que representa?

El pasado bienio Anfapa afrontaba el gran reto de la integración Anfapa-Afam. Con esta integración pasamos de ser 12 empresas a ser 34, y con las nuevas incorporaciones de estos 2 años, ahora somos 38 empresas asociadas.

Actualmente, representamos el 90% de los fabricantes de Mortero y SATE en España; esto refuerza nuestra marca y nos da un importante impulso para plantear nuevos retos de cara a reforzar la importancia del sector ante las Instituciones. He de decir que la integración ha sido todo un éxito gracias al espíritu de colaboración y la voluntad de todos los integrantes de la asociación.

 

¿Cómo ve el futuro de Anfapa?

Afrontamos el futuro con ilusión y positivismo. Fomentaremos la incorporación de nuevas empresas hasta conseguir que podamos aproximarnos a reunir al 100% de los fabricantes de este país.

De esta manera afianzaremos ser una sola voz frente a entidades públicas, velando por los más estrictos estándares de calidad en nuestros productos a la vez que trabajaremos en pro de la sostenibilidad y eficiencia energética de nuestro entorno.

 

¿Cómo ve la situación normativa? ¿Se prevén cambios normativos de alguna importancia en los productos y sistemas de las empresas de Anfapa?

La normalización ha ido calando en los últimos años en las empresas del sector gracias al empuje realizado desde Anfapa.

Anfapa está representada en diferentes comités, tanto nacionales como internacionales, mediante la participación de los expertos de las diferentes empresas. Las normas europeas afectan principalmente a los productos, pero también se ha avanzado a nivel nacional en el campo de la instalación y elección de dichos productos.

No se prevén cambios normativos de especial relevancia, en cuanto a clasificación, especificaciones o tipología de ensayos; ahora bien, en cuanto a los criterios mínimos exigibles para la acreditación del marcado CE se van a simplificar, básicamente por un tema jurídico, pero no afectará a los niveles de exigencia y utilización de los materiales.

 

¿La normativa vigente es adecuada para el sector?

Es cierto que la mayoría de los productos ya están amparados por diferentes normas, pero surgen y surgirán nuevos sistemas dentro de la construcción que obligan a una revisión de dichas normas, e incluso generar nuevas.

Las empresas asociadas a Anfapa ya cumplen con los requisitos establecidos, ahora debemos dedicar más esfuerzos en hacer llegar estos requerimientos al resto de eslabones de la cadena (prescriptores, direcciones de obra, industriales, aplicadores etc.)

 

La disponibilidad de fondos relacionados con el Nex Generation, ¿van a suponer un impulso del sector?

Confío en que sea así. La construcción va a ser una actividad esencial en los próximos años, de hecho 7 de cada 10 euros de los fondos NextGeneration van a estar directa o indirectamente relacionados con la construcción.

El año pasado el PIB del sector construcción creció un 2,7% respecto 2020, pero el nivel actual es un 24 % inferior al valor de la producción de 2019, necesitamos ponernos en valores superiores a 2019.

Estos Fondos nos dan la oportunidad única de actuar en materia de rehabilitación y sobre todo en la rehabilitación residencial, tendremos la oportunidad de mejorar la eficiencia energética del parque de viviendas de nuestro país.

 

¿Cree que nos vamos a encontrar con algún tipo de dificultad?

Las dificultades ya las estamos teniendo. La CNC ha alertado de los dos problemas que atenazan a la construcción en España y a la recuperación, por un lado, está la crisis y alza de precios de las materias primas y energía: al menos medio millar de licitaciones públicas desiertas por el precio inasumible de los materiales. Más de 230 millones de euros sin cubrir.

Por otro lado, la escasez de mano de obra. Un dato: en la época del Plan E del gobierno de Zapatero el sector contaba con 2,8 millones de trabajadores y la inversión era de cerca de 12.900 millones de euros. Ahora España se dispone a recibir 35.000 millones de euros y sólo cuenta con 1,3 millones de empleados. La patronal eleva a 700.000 el número de empleados que necesitaría el sector.

 

¿Cuáles serán los retos a los que habrá que enfrentarnos?

Tenemos un gran reto como país que es conseguir los objetivos que nos hemos marcado de cara a 2030-2050 con la Comisión Europea, esto supone que hemos de pasar de rehabilitar 30.000 viviendas anuales a 300.000.

Desde Anfapa creo que los retos que hemos de abordar son varios: el primero, velar por la renovación del parque de viviendas fomentando la concienciación de la sociedad en la mejora de la eficiencia energética de sus viviendas, al fin y al cabo, de ellos depende en gran parte el uso que le demos a los Fondos, la segunda, como fabricantes de materiales de construcción hemos de conseguir que nuestras operaciones y productos sean lo más sostenible posibles y velar por la calidad de los materiales.

Es el momento de renovar las viviendas desde el punto de vista integral: de accesibilidad, salubridad… Pero sin perder de vista que tenemos que aplicar criterios de eficiencia energética que son los que, en el fondo, van a repercutir también de una manera muy directa en la calidad de vida del ciudadano.

 

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