Futuro de las calderas de gas y gasoil

Las calderas de calefacción son generadores de agua caliente cerrado. El circuito incorporado se encarga de llevar el agua caliente hasta los radiadores, los cuales disipan el calor que proviene de la caldera y de esta forma calientan las habitaciones o estancias.

En España, se estima que las instalaciones de calderas convencionales alcanzan los nueve millones de equipos. Si bien es un sistema de climatización enormemente extendido por nuestro país, se trata de una tecnología que será sustituída progresivamente por otras formas de calentarnos que proporcionen mayor eficiencia energética, gracias al avance de los sistemas de calefacción basados en las energías renovables, como las calderas de biomasa.

La eficiencia de las calderas convencionales

En la Unión Europea, casi el 50 % del consumo de energía final se destina a calefacción y refrigeración, de la cual el 45 % se consume en el sector de la vivienda. Sin embargo, una gran parte de ella es malgastada: según un estudio de la Asociación de Fabricantes de Generadores y Emisores de Calor (FEGECA) publicado en diciembre de 2020, más del 52 % del parque de las calderas instalado, que supera los 128 millones de aparatos en la Unión Europea, es antiguo y se muestra menos eficiente que alternativas actuales.

Diferencias entre las calderas de gas y de gasoil

En primer lugar, el gas natural es el combustible más barato y el más utilizado, sin embargo, puede haber casos que interese más disponer de calderas de gasoil. Vamos a repasar algunas de sus diferencias:

Las calderas de gasoil

El gasoil tiene un alto poder calorífico y es muy utilizado en vehículos. Por lo general las calderas de gasoil se escogen como alternativas al gas natural cuando no se dispone de este suministro.

Las calderas de gasoil trabajan a baja temperatura, unos 60º, por lo que se trata de unas calderas muy seguras que minimizan el riesgo de explosión y que además aportan un calor homogéneo a tu hogar.

Algunas de sus ventajas son:

  • Calientan con mayor velocidad, con lo cual, podremos calentar la casa más rápido.
  • Su alta potencia calorífica también hace que el agua caliente salga de manera casi instantánea.
  • No hay costes fijos de suministro, únicamente se paga por la compra del gasoil.

Sin embargo, el gasoil plantea algunos inconvenientes:

  • No viene suministrado como el gas natural, por lo tanto, debemos estar pendientes del consumo, comprar depósitos de gasoil y almacenarlos.
  • Actualmente el gasoil es más caro que el gas natural.
  • El mantenimiento de la caldera es algo más complicado, ya que necesita una o dos limpiezas al año para que funcione de manera óptima.
  • Los humos de la combustión del gasoil son más contaminantes que el gas natural.

Las calderas de gas natural

La calefacción a gas natural es la más utilizada por su practicidad y seguridad. Las calderas de gas se suelen combinar con radiadores de agua, pero también es posible con suelo radiante. Cabe destacar que desde 2015 únicamente se pueden fabricar y comercializar calderas de gas condensación, mucho más eficientes y respetuosas con el medio ambiente que las calderas tradicionales.

En las calderas de gas de condensación, su tecnología evita que el calor (es decir, la energía) se escape en forma de vapor de agua.

Se estima que, en comparación con las que trabajan sin tecnología de condensación, estas calderas reducen el consumo de energía en torno al 25 % y el 30 %. Esto supone un ahorro económico y una amortización media de la inversión inicial -con respecto a una caldera convencional- de 1 o 2 años dependiendo del uso, con una vida útil media normal de 10 años.

La sostenibilidad es otro factor diferencial: su uso reduce hasta en un 70 % las emisiones de dióxido de carbono (CO2) y de óxidos de nitrógeno (NOx).

Este tipo de calderas, no obstante, presenta también algunas desventajas:

  • Debido al suministro de gas natural, se asocian unos gastos fijos de peaje al Acceso de Terceros a la Red (ATR), que vienen en la factura del gas.
  • Debemos realizar un costoso mantenimiento anual de la caldera.

El futuro de las calderas

Reino Unido anunció en 2021 que pretende eliminar progresivamente la instalación de nuevas calderas de gas para 2035, según se recoge en la nueva Estrategia de Calefacción y Edificios, aprobada por las autoridades británicas.

En la UE, siete países han anunciado medidas para eliminar la calefacción de combustibles fósiles, y principalmente para edificios de nueva construcción. Para agilizar la transición hacia sistemas más sostenibles, la sociedad civil, la industria y las organizaciones sanitarias han pedido a la UE que prohíba la venta de calderas nuevas para 2025 mediante una normativa comunitaria sobre ecodiseño de productos actualmente en revisión.

La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha afirmado que a partir de 2025 no deberían venderse calderas de combustibles fósiles si se busca conseguir el objetivo de cero emisiones netas para mediados de siglo.

Alternativas sostenibles a la calefacción convencional

El desarrollo tecnológico de los últimos años ha permitido diseñar sistemas más eficientes y sostenibles. Para los próximos años, tal y como se ha estipulado en el Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios (RITE) de 2021, se espera que el uso de estas calderas de condensación dé paso a otros sistemas que permitan aprovechar energías renovables.

Aerotermia

La aerotermia se basa en extraer energía gratuita del aire exterior con una gran eficiencia energética.

En los sistemas de aerotermia, las bombas de calor son del tipo aire-agua. Se extrae el calor (energía) existente en el aire exterior, y la cede al agua que se aporta al sistema de calefacción. Estas bombas, están diseñadas y construidas para obtener el máximo rendimiento en condiciones climáticas severas, tanto en invierno, como en verano. Los sistemas de aerotermia están especialmente diseñados para utilizarse en viviendas unifamiliares, así como pequeños-medianos edificios.

Pellets

La caldera de pellets es una de las diferentes opciones de calderas de biomasa que existen. Estas calderas son muy sostenibles y económicas, y su alto nivel de eficiencia hace que sea una de las opciones más interesantes para los usuarios en general.

La caldera de pellets para radiadores sigue la lógica de funcionamiento habitual de las estufas de pellets. Los pellets son un biocombustible por sus características naturales, se elaboran a partir de restos de astillas de conglomerados y viruta de madera.

Una caldera de pellets quema este material y los gases de combustión que se generan durante el proceso calientan el agua. Posteriormente se canaliza esta agua hacia el sistema de radiadores y se genera calor.

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