Morteros Técnicos: Autonivelantes

Aplicación y prestaciones en la construcción moderna

Los morteros autonivelantes se han consolidado como una de las soluciones más eficientes para la ejecución de recrecidos y capas de nivelación en obra nueva y rehabilitación.

Su capacidad para generar superficies perfectamente planas con tiempos de aplicación reducidos los convierte en un material clave en la evolución de los sistemas de soleras y recubrimientos interiores.

Su compatibilidad con una amplia gama de pavimentos los sitúa como una solución técnicamente solvente para proyectos residenciales, terciarios e industriales.

Los morteros autonivelantes representan una evolución significativa en la tecnología de soleras, ofreciendo rapidez, precisión geométrica y altas prestaciones. Con una correcta selección del producto y una adecuada puesta en obra, este tipo de morteros garantiza resultados duraderos y de calidad.

Naturaleza y composición del mortero autonivelante

Los morteros autonivelantes son mezclas formuladas a partir de conglomerantes hidráulicos, principalmente cemento o sulfato cálcico (anhidrita), combinados con áridos seleccionados de granulometría fina y aditivos específicos que otorgan al producto fluidez. Estos aditivos plastificantes, superfluidificantes y reguladores de fraguado permiten que la mezcla, una vez vertida, se extienda por gravedad hasta alcanzar un nivel uniforme, minimizando la intervención manual.

Según su base química, pueden clasificarse en:

  • Morteros autonivelantes cementosos: de fraguado rápido, aptos para interiores y exteriores, y compatibles con la mayoría de pavimentos.
  • Morteros autonivelantes de anhidrita: altamente fluidos y de retracción muy controlada, especialmente indicados para grandes superficies y sistemas de suelo radiante, restringidos a ámbitos interiores y condiciones secas.

Ventajas técnicas y comportamiento mecánico

El desarrollo de estas formulaciones ha permitido alcanzar excelentes prestaciones mecánicas y dimensionales, con resistencias a compresión y flexión adecuadas para soportar cargas residenciales, comerciales e incluso industriales, según el producto.

Entre las principales ventajas cabe destacar:

  • Alta capacidad de autonivelación, generando superficies con elevada planicidad.
  • Retracción controlada, lo que reduce la aparición de fisuras.
  • Rapidez de aplicación mediante bombeo o vertido directo, optimizando los tiempos de ejecución.
  • Compatibilidad con pavimentos sensibles, como tarimas o revestimientos vinílicos, gracias a su acabado fino.
  • Conductividad térmica favorable en formulaciones específicas para suelos radiantes.

Los espesores de aplicación suelen oscilar entre 3 y 40 mm, aunque existen productos especiales capaces de superar dichos valores sin comprometer su comportamiento.

Condicionantes de puesta en obra

Para garantizar un rendimiento óptimo, la ejecución debe seguir un protocolo técnico preciso:

  1. Preparación del soporte: ha de presentar suficiente cohesión, estar limpio de contaminantes y tener un grado de humedad adecuado. Suelen requerirse imprimaciones para mejorar la adherencia y evitar el ascenso de aire.
  2. Control ambiental: hay que controlar que no haya temperaturas extremas o corrientes de aire ya que pueden afectar al fraguado y al secado.
  3. Aplicación: el producto puede verterse manualmente o bombearse, extendiéndose de forma natural. Se recomienda el uso de rodillos de púas para favorecer la desaireación.
  4. Secado y tiempos de espera: los morteros cementosos permiten revestir en plazos que van desde 24 horas hasta varios días, en función del espesor y la formulación. Los de anhidrita requieren un control más estricto de la humedad residual, normalmente por debajo de 0,5 %, y una fase de lijado superficial para eliminar la sinterización.

Compatibilidad con sistemas de climatización radiante

La gran fluidez y baja retracción de los morteros autonivelantes de anhidrita, así como determinadas formulaciones cementosas específicas, los convierten en una solución idónea para sistemas de suelo radiante.

Su capacidad de envolver completamente el circuito y su favorable conductividad térmica permiten una transmisión más eficiente del calor, reduciendo inercia y mejorando el rendimiento energético del sistema.

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