Impermeabilización Eficiente: Consejos para Constructores y Arquitectos

En el ámbito de la construcción, la impermeabilización eficiente no es un lujo, sino una necesidad. Es clave para evitar filtraciones y proteger cualquier estructura de la humedad.

Tanto arquitectos como constructores deben tomar las medidas adecuadas, e integrar soluciones duraderas y sostenibles desde las primeras fases del proyecto para evitar problemas futuros como filtraciones, humedades o deterioro estructural.

Una de las soluciones más recomendadas en la actualidad es la Lámina epdm, un material versátil y altamente resistente que se ha convertido en referente para cubiertas, terrazas y otras superficies expuestas a condiciones climáticas extremas.

Si quieres saber más sobre la impermeabilización, sigue leyendo que a lo largo de este post te contamos todo lo que necesitas saber. ¡Vamos a ello! 

¿Por qué es importante tener una buena impermeabilización?

Desde la antigüedad, los seres humanos han buscado la manera de protegerse y de proteger sus construcciones del agua y demás fenómenos atmosféricos. 

Y es que, el agua siempre ha sido y es, una de las principales causas de deterioro en edificaciones. Si no se controla, con el tiempo puede provocar filtraciones, moho y hongos, fisuras y grietas, sin contar con el coste de reparación debido a este deterioro.

No obstante, cabe destacar que antes de impermeabilizar cualquier construcción o estructura, es fundamental examinar en conciencia la superficie para detectar cualquiera de estos deterioros (posibles grietas, fisuras o problema ocultos).

Una estructura con filtraciones puede llegar a ser muy peligrosa, además de costosa, de ahí la importancia de las impermeabilizaciones en todo tipo de estructuras. 

Características clave de una solución impermeabilizante eficiente

Una buena impermeabilización debe reunir las siguientes cualidades:

–  Elasticidad y adaptabilidad: los materiales como la lámina EPDM ofrecen una alta flexibilidad, permitiendo adaptarse a movimientos estructurales sin perder su eficacia.

–  Durabilidad: una vida útil prolongada reduce la necesidad de mantenimientos frecuentes o reemplazos.

–  Fácil instalación: ahorra tiempo y costes, especialmente en obras con plazos ajustados.

–  Compatibilidad con otros sistemas constructivos: esto es fundamental para integrarse sin complicaciones en diferentes tipos de estructuras o diseños arquitectónicos.

4 consejos para lograr una impermeabilización eficiente y duradera para constructores y arquitectos. 

1. Comenzar con la impermeabilización desde la fase de diseño

Uno de los errores más comunes es dejar la elección del sistema impermeabilizante para más adelante, dejándolo para el final del proyecto. La colaboración temprana entre arquitectos, constructores y especialistas en impermeabilización garantiza una solución integrada, eficaz y estéticamente compatible. 

2. Seleccionar materiales de calidad comprobada

Apostar por productos certificados, asegura resistencia al ozono, a los rayos UV y a temperaturas extremas, tanto altas como bajas. Esto se traduce en un mejor comportamiento en climas variables y una menor necesidad de mantenimiento a largo plazo. 

3. Formación y experiencia del equipo de instalación

No es suficiente tener el mejor material si luego la instalación no se realiza correctamente. Por ello, es fundamental contar con el personal capacitado, que entienda tanto las especificaciones técnicas del producto como las particularidades de la obra. 

4. Tener en cuenta el mantenimiento

Diseñar un proyecto con vistas al mantenimiento reduce el coste de operación del edificio. Sistemas accesibles, que permiten revisiones periódicas sin intervenciones invasivas, representan un ahorro significativo a lo largo del ciclo de vida del inmueble.

Una impermeabilización eficiente es sinónimo de seguridad, ahorro y sostenibilidad. Los arquitectos y constructores que integran soluciones como la lámina EPDM desde el inicio del proyecto no solo protegen sus edificaciones, sino que también aportan valor añadido a sus clientes.

Elegir materiales adecuados, contar con instaladores formados y prever el mantenimiento a largo plazo son pasos clave para mantener la vida útil de edificios y estructuras, además de ahorrar energía y favorecer al cuidado del medio ambiente.