¿Cómo debe ser el dormitorio ideal?

¿Cómo debe ser el dormitorio ideal? 50911

A la hora de conseguir un buen descanso, no solo es importante utilizar un buen colchón. Existen otros muchos factores relativos al diseño y al mobiliario que harán que comencemos cada día con más energía.

El diseño interior tiene un papel muy importante en esta misión de lograr un buen descanso. Desde la luz y el color, hasta otros aspectos más sutiles como la orientación de los elementos que forman el dormitorio, en este artículo repasaremos todo lo necesario para crear un dormitorio ideal.

El color

En el dormitorio, si buscamos recargar bien las pilas es necesario que el color que nos rodea contribuya a un buen descanso. Debemos huir de los tonos intensos como el rojo o el amarillo.

Una buena opción son los tonos tierra o el blanco, que nos evoca silencio y calma. El azul es también una opción aconsejable al aportar frescura, evitando eso sí tonos muy eléctricos. Mejor, recurrir a los tonos pastel. De esta manera crearemos una atmósfera relajante que favorece el sueño.

Los muebles

El cabecero, aunque no lo parezca, ejerce gran influencia sobre el inconsciente. Su presencia junto a la cama nace de un sentimiento ancestral de necesidad de protección ya que al dormir nuestro subconsciente necesita sentir un aporte extra de seguridad en la zona más delicada del cuerpo, la cabeza.

Para la mesita de noche dispones de varias opciones: en forma de sillas, palets de madera, la mesita de toda la vida con cajones, etc. Las mesitas de noche son de los elementos más importantes de nuestro dormitorio, ya que en ella guardaremos multitud de pertenencias. Algunas tan mundanas como unas gafas para leer, y otras más privadas, como por ejemplo si decides comprar un Fleshlight de Easytoys. La mesita de noche será el lugar ideal para guardarlo, al ser de los rincones más privados de la casa.

Deberás tener en cuenta la altura de la cama para llegar cómodamente a la mesita y qué espacio necesitas, es decir, si colocarás en ella libros, móvil, despertador, lámparas…evitando sobrecargar el espacio.

Según el espacio disponible podemos instalar otros muebles como una cómoda para disponer de más espacio de almacenaje, sillas o un tocador para darle un toque más personal.

Los materiales

Los tejidos con los que estamos en contacto también juegan un rol fundamental. Las sábanas y mantas deben estar hechas de materiales capaces de transpirar y termorregularse, ya que durante la noche nuestro cuerpo pasa por cambios en su temperatura y es necesario que los tejidos se adapten a ello para evitar alteraciones en el sueño.

El poliéster o el nailon es mejor evitarlos ya que no traspiran y en algunas personas pueden causar alergia. Siempre debemos buscar fibras naturales como el lino o el algodón, que mantienen la temperatura y son más saludables.

En cuanto a la habitación, la madera suele ser la más escogida para los dormitorios, porque ofrecen sensación de calidez. Pero también puedes elegir materiales como un cabecero de forja para darle a la habitación un toque elegante.

Distribución y orden

Para descansar, otro elemento muy importante es la organización que presente nuestra habitación. No podemos dar lugar a que el desorden sea lo primero que vemos al despertarnos, ya que un dormitorio sin ordenar genera un desasosiego inconsciente que entorpece la relajación y afecta al estado de ánimo. Así, evitaremos ropa sin doblar y a la vista, ya sea usada o limpia.

Para guardar todo ello, acudiremos a los diferentes muebles que podemos encontrar en cualquier habitación destinados al almacenaje: mesitas, cómodas, armarios, escritorios con cajones…

Eso sí, debemos evitar llenar el espacio con muchos muebles, por lo que habremos de escogerlos con mimo. La habitación es un lugar donde se respira armonía y confort, y una habitación llena de cosas donde cuesta trabajo moverse no ayuda.

En lo relativo a la distribución del mobiliario, hay algunos consejos a tener en cuenta. No se debe colocar el cabecero de la cama de tal forma que se vea nada más abrir la puerta: lo ideal es que esté perpendicular a ella y en el lateral opuesto para mayor intimidad. Otra opción es entrar a la habitación mediante un espacio filtro, como un pasillo.

También puedes colocar la cama en paralelo o frente a la ventana, ya que ver el exterior hará que percibas el espacio más grande.

La luz

La iluminación debe ser cálida y tenue en los momentos previos al descanso, y fría y potente al llegar la hora de levantarse. Para ello, una buena idea es utilizar diferentes focos colocados estratégicamente. Es habitual el error de colocar un único punto de luz en el centro de la habitación, lo que generará sombras y dificultará la lectura.

Para iluminación general es más interesante la utilización de luces indirectas que bañen las paredes sin que sean visibles. Es esencial disponer de luces en las mesitas para que cada usuario del dormitorio tenga un punto de luz. En función de los distintos muebles que haya, puede que necesiten iluminación propia, como en el caso de un vestidor.

En cuanto a la tecnología de las luces, se deben evitar las luces fluorescentes ya que el tono frío y las ondas de alta intensidad propias del tipo de luz interfieren en nuestro descanso, incluso una vez apagadas. Las halógenas, por el contrario, son muy apropiadas en cuanto a tono gracias a la iluminación cálida y suave que proporcionan, pero generan mucho calor.

Los LED son la opción más recomendable ya que podemos encontrar a la venta un amplio abanico de formatos, tonos y temperaturas suficientemente versátil como para ser usados en el dormitorio.

Con estos consejos, tu dormitorio se convertirá en un espacio de la casa en el que desconectar y cargar bien las pilas para cada día. ¿conoces más recomendaciones? ¡Estamos encantados de leerte en los comentarios!

Fuente de la imagen de portada: Easy Repair

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