Hormigón Autorreparable: ¿qué es y cómo funciona?

El hormigón es uno de los materiales de construcción más utilizados en todo el mundo por su durabilidad, resistencia y bajo coste. Sin embargo, con el paso del tiempo, las estructuras pueden verse afectadas por grietas provocadas por tensiones térmicas, movimientos del terreno o condiciones climatológicas extremas. Estas fisuras, aunque a veces pequeñas, pueden comprometer la seguridad de las edificaciones y reducir su vida útil.
La solución podría encontrarse en un material innovador: el hormigón autorreparable, diseñado para sellar por sí mismo las grietas mediante procesos biológicos inspirados en la naturaleza.

Qué es el Hormigón Autorreparable
Los costes de mantenimiento y reparación del hormigón son tradicionalmente elevados, especialmente en infraestructuras sometidas a cargas y condiciones ambientales severas. Con el objetivo de reducir estos gastos y mejorar la durabilidad de las estructuras, un grupo de investigadores de la Universidad Técnica de Delft, en los Países Bajos, desarrolló un hormigón capaz de regenerarse de forma autónoma.
Así nació el BioConcrete, también conocido como biohormigón, un material que incorpora bacterias encapsuladas y lactato de calcio a la mezcla tradicional. Estas bacterias permanecen inactivas durante años hasta que una grieta permite la entrada de agua. En ese momento, las bacterias se “activan”, se alimentan del lactato y producen carbonato cálcico (CaCO₃), sellando las fisuras y devolviendo la continuidad estructural al material.
Las especies Bacillus pseudofirmus y Sporosarcina pasteurii fueron las primeras utilizadas por su capacidad para sobrevivir en ambientes alcalinos y secos, como el interior del hormigón. Estudios recientes han demostrado que otras cepas, como Bacillus sphaericus, logran una mayor eficiencia en la producción de caliza y pueden cerrar grietas de hasta 1 mm en pocas semanas, mejorando los resultados de las primeras generaciones del material (MDPI, Sustainability, 2025).

Esta capacidad de autoregeneración no sólo otorgaría al hormigón una mayor duración, sino que también supondría un acercamiento de la industria hacia la construcción sostenible.
Cómo funciona el Hormigón que se Autoregenera
El proceso de autoreparación del hormigón sigue un mecanismo natural y simple:
- Formación de la grieta: las cargas, los cambios de temperatura o el envejecimiento generan microfisuras en la superficie.
- Entrada de agua: la humedad disuelve las cápsulas que contienen bacterias y nutrientes.
- Activación biológica: las bacterias “despiertan” y metabolizan el lactato de calcio, produciendo carbonato cálcico.
- Sellado: la caliza generada rellena la fisura, impidiendo el paso del agua y restaurando la resistencia del material.
- Reposo: una vez sellada la grieta, las bacterias vuelven a su estado inactivo y pueden permanecer así durante más de 200 años.

Este proceso suele completarse en un periodo de tres a ocho semanas, dependiendo de la temperatura y humedad del entorno. Además, puede repetirse múltiples veces a lo largo de la vida útil del material, lo que convierte al hormigón autorreparable en una alternativa duradera frente al hormigón convencional.
De acuerdo con la revista Journal of Materials Science and Engineering (SpringerOpen, 2025), las versiones más recientes de este material presentan una mejora del 25 % al 40 % en resistencia a compresión y cohesión interna, lo que refuerza su viabilidad para proyectos de gran exigencia técnica.
Condiciones y límites actuales

El rendimiento del hormigón autorreparable depende de ciertos factores ambientales. La presencia de humedad es esencial, ya que el agua activa el proceso biológico. En ambientes muy secos o con temperaturas extremas, la reparación puede ralentizarse.
Por otro lado, la anchura de la fisura influye directamente en la eficacia del sellado: actualmente, los mejores resultados se logran en grietas de hasta 0,97 mm, aunque se investiga en nuevos aditivos que permitan ampliar este margen.
En los últimos años se ha avanzado en el desarrollo de cápsulas biodegradables más resistentes y en la incorporación de nanotecnología para mejorar la distribución bacteriana dentro del hormigón, aumentando así la uniformidad de la reparación.
Ventajas del Hormigón Autorreparable
El hormigón autorreparable no solo aporta beneficios técnicos, sino también económicos y medioambientales.
Mayor durabilidad:
La capacidad de sellar fisuras de forma automática evita la penetración de agua y sales, reduciendo la corrosión de las armaduras metálicas y prolongando la vida útil de infraestructuras como puentes, carreteras o túneles.
Reducción de costes de mantenimiento:
Según estimaciones recientes de IDTechEx (2025), el uso de hormigón autorreparable podría disminuir en más del 30 % los costes de reparación a lo largo del ciclo de vida de una estructura.
Sostenibilidad:
Al requerir menos intervenciones, este material contribuye a reducir la huella de carbono del sector de la construcción. Un informe de la Royal Institution of Chartered Surveyors (RICS, 2025) calcula que el uso de materiales autoreparables podría reducir hasta un 20 % las emisiones asociadas al mantenimiento estructural en edificaciones de gran escala.
Menor generación de residuos:
Al evitar demoliciones parciales, se disminuye la cantidad de escombros y se favorece la economía circular, alineando la construcción con los principios de sostenibilidad y eficiencia de recursos.
Costes y viabilidad comercial
Aunque el precio sigue siendo una barrera, los avances tecnológicos están reduciendo el coste de producción. Mientras que el hormigón tradicional ronda los 80 € por metro cúbico, el autorreparable todavía se sitúa en torno a los 150–160 €, aunque se espera que esta diferencia se reduzca en los próximos años con la producción a gran escala y la optimización de las cápsulas bacterianas.
El mercado de materiales autoreparables se encuentra en expansión, con una previsión de crecimiento anual del 15 % hasta 2030. En países como los Países Bajos, Alemania y Noruega, ya se están llevando a cabo proyectos piloto en infraestructuras viales y estructuras prefabricadas, con resultados positivos tanto en durabilidad como en reducción de mantenimiento.
El futuro del Hormigón Autorreparable
El desarrollo del BioConcrete es un ejemplo de cómo la biotecnología puede integrarse en la construcción moderna para mejorar su eficiencia y sostenibilidad. Las nuevas líneas de investigación apuntan hacia combinaciones híbridas de nanotecnología y bacterias encapsuladas, capaces de sellar grietas más finas y reforzar las propiedades mecánicas del material.
Además, se estudia la posibilidad de incorporar aditivos líquidos bacterianos a mezclas de hormigón convencionales, lo que permitiría aplicar esta tecnología sin modificar significativamente los procesos constructivos actuales.
Con estos avances, el hormigón autorreparable se perfila como un material clave para infraestructuras resilientes, adaptadas a las necesidades del siglo XXI. Su capacidad para repararse de manera autónoma, reducir costes y prolongar la vida útil de las construcciones lo convierte en una de las innovaciones más prometedoras del sector.
Actualización noviembre de 2025












