Hormigón Autorreparable: ¿qué es y cómo funciona?
El hormigón es uno de los materiales de construcción más comunes a lo largo y ancho del planeta debido a su durabilidad y resistencia. Sin embargo, ciertas condiciones climatológicas, tensiones térmicas o sobrecargas, pueden generar grietas que ponen en riesgo la seguridad de las construcciones. La solución podría hallarse en el hormigón autorreparable.
¿Qué es el Hormigón Autorreparable?
Dado que los precios de mantenimiento y reparación de estructuras de hormigón son generalmente elevados, un grupo de investigadores se centraron en la creación de un hormigón que fuera capaz de sellar las grietas que le fuesen surgiendo con el paso del tiempo.
Esta capacidad de autoregeneración no sólo otorgaría al hormigón una mayor duración, sino que también supondría un acercamiento de la industria hacia la construcción sostenible.
Así nació el «BioConcrete» (BioHormigón) en la Universidad Técnica de Delft, en los Países Bajos.
Frente al proceso de creación del hormigón normal, el biohormigón incluye un paso extra: añadir cápsulas contienen esporas de bacterias y otras con lactato de calcio.
Estos ingredientes extra permanecen inactivos hasta que se crea una raja en el hormigón. Cuando esto ocurre, las bacterias forman caliza, regenerando las fisuras.
Su creación supuso un reto de magnitudes considerables, pues se necesitaba un tipo de bacteria que pudiera sobrevivir en un entorno tan extremo y seco. Además, debía poderse activar y producir el material reparador.
¿Cómo funciona el Hormigón que se autoregenera?
Profundicemos en el funcionamiento exacto de este hormigón autorreparable.
Son concretamente dos tipos de bacteria las que se añaden a la mezcla dentro de cápsulas: Bacillus pseudofirmus y Sporosarcina pasteurii. Las otras cápsulas con lactato de calcio serán la fuente de alimento para estos microorganismos.
En estado natural, el Bacillus pseudofirmus está acostumbrado a los ambientes hostiles, pudiendo encontrarlo por ejemplo en cráteres de volcanes activos.
Cuando el hormigón se raja y entra el agua, esta disuelve las cápsulas, «despertando» a las bacterias, las cuales comienzan a alimentarse del lactato de calcio. En este punto comienzan a multiplicarse y, como última fase del proceso digestivo, a secretar caliza, sellando la fisura.
Una vez cerrada, evitándose el paso del agua, las bacterias forman esporas y vuelven a su previa inactividad. El proceso dura apenas 3 semanas
El proceso se puede repetir durante 200 años, dado que estos microorganismos son capaces de sobrevivir décadas en estado inactivo sin agua u oxígeno.
Así, se logra incrementar notablemente la vida útil del hormigón corriente, la cual está entre los 50 y los 100 años.
Gracias a esta técnica es posible sellar rajas de cualquier longitud, aunque no pueden superar los 0.8 milímetros de ancho.
En el siguiente vídeo (en inglés), el profesor Hendrik Jonker, líder del equipo de investigación, presenta el BioConcrete.
El futuro del Hormigón Autorreparable en la Construcción
El presidente de la Oficina de Patentes Europeas señaló que este producto no sólo extendía la vida útil de puentes, carreteras, túneles y otras edificaciones, sino que además abría nuevas perspectivas de construcción.
El BioConcrete podría revolucionar la industria, rentabilizándose gracias a la significativa reducción de costes de mantenimiento y reparación, sin embargo su principal obstáculo para entrar al mercado podría ser su precio.
Mientras un metro cúbico de hormigón tradicional ronda los 80€, el precio de este innovador material duplica la cifra, situándose en los 160€.
A pesar de esto, es un paso clave en la dirección correcta, hacia un sector más actualizado y sostenible.
Jonker tiene clara la importancia del medioambiente. Cuando fue nominado al premio por el mejor invento europeo, señaló que su hormigón iba a revolucionar la forma en que construimos, por estar inspirado en la naturaleza.
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