Micotectura: Uso del Micelio de los Hongos en la Arquitectura

Micotectura: Uso del Micelio de los Hongos en la Arquitectura 47088

La micotectura es un tipo de arquitectura viva que aprovecha las posibilidades que ofrece el micelio de los hongos para desarrollar construcciones sostenibles y de bajo coste. Los hongos son uno de los seres más complejos y desconocidos de nuestro planeta, ¿qué uso se les puede dar en el mundo arquitectónico?

En Inarquia ya hemos tratado alguna vez el concepto de la arquitectura viva con el caso de las fachadas vegetales, pero el uso de hongos en esta disciplina abre las puertas a un camino completamente inexplorado.

 

¿Qué es el Micelio?

Para hablar del uso de los hongos en arquitectura, es fundamental conocer exactamente qué parte resulta útil para el proceso de construcción.

Así pues, introducimos el micelio. Se llama así al conjunto de hifas (filamentos pluricelulares) que forman la parte vegetativa de un hongo.

Son unas microfibras frágiles con apariencia de raíces que se desarrollan bajo tierra, pudiendo hacerlo a altas velocidades en las condiciones adecuadas. Al secarse, adquieren una tremenda resistencia al agua, el moho y el fuego.

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Fuente: Wikimedia / © Pradejoniensis

Se trata además, obviamente, de un elemento orgánico, compostable y completamente biodegradable, dotándole de las características ideales para convertirse en un material de construcción sostenible.

 

Las posibilidades del Micelio como material de Construcción

Dada la creciente urgencia por un cambio de modelo en el sector de la construcción hacia estándares de mayor sostenibilidad, la investigación de nuevos sistemas, procesos y materiales se hace más urgente que nunca.

Los materiales de construcción tradicionales, como puede ser el hormigón o el hierro, contribuyen en gran medida al tremendo impacto medioambiental de la industria. La investigación de materiales alternativos deja de tratarse de una opción, para convertirse en una necesidad.

Así surge el interés por el uso del micelio, un material, como hemos dicho, orgánico y biodegradable. Si bien en la teoría ha sido ampliamente investigado por su potencial en la construcción, sus usos prácticos han sido anecdóticos.

Uno de los más destacados ha sido su conversión en un bio-plástico. En términos de propiedades físicas y mecánicas, es similar al poliestireno expandido, pero con mayor biodegradabilidad.

Otra de las opciones que está ganando fuerza, es el desarrollo de ladrillos orgánicos. Sus esporas se mezclan con otros componentes, como podrían ser desechos agrícolas (por ejemplo astillas o cáscaras de semillas). El hongo consume los nutrientes y se convierte en una masa densa que se coloca en moldes con el tamaño y forma deseados.

 

El caso del Mycotree

En esa línea trabajaron el arquitecto Dirk Hebbel y el ingeniero Philippe Block, empleando el micelio para crear estructuras portantes.

Su colaboración resultó en la creación del Mycotree, docenas de piezas creadas con micelio conectadas mediante placas de bambú y clavijas metálicas, aunque es el primero el que soporta la carga.

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Fuente: Block Research Group

Los bloques de micelio fueron diseñados empleando un programa de modelado 3D desarrollado por el equipo de Block en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich.

Las esporas de los hongos se mezclaron con serrín y caña de azúcar, sustancia de la cual el hongo se alimentó hasta convertirse en una masa esponjosa un par de días más tarde.

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Fuente: Block Research Group

Después se traspasó a unos moldes para darles la forma deseada mientras proseguía el proceso de densificación. Cuando alcanzó el tamaño deseado, fue deshidratado para frenar el crecimiento.

Los diseñadores buscaban demostrar que un material en apariencia débil podía combinarse con técnicas novedosas y complejos procesos de fabricación digital para desarrollar un producto final fuerte y resistente.

De acuerdo con Hebel y Block, una geometría adecuada podría permitir emplear el micelio en la estructura de un edificio de hasta dos plantas.

 

El Pabellón Creciente

Otro ejemplo interesante de construcción con micelio, es el del Growing Pavilion o Pabellón Creciente, un espacio de exposición temporal para la Semana del Diseño Holandés de 2019.

El edificio fue diseñado por Krown-Design, empresa especializada en diseñar muebles y estructuras de micelio.

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Fuente: Dezeen

El Pabellón Creciente estaba compuesto en su totalidad por biomateriales. Para los marcos se usó madera, encajando en ella paneles creados a partir de micelio. A estos se les añadió una capa protectora de revestimiento orgánico. Los suelos estaban hechos de juncos y los bancos de desechos agrícolas.

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Fuente: agro-chemistry.com

Además de una composición 100% sostenible, el pabellón también era capaz de purificar el aire.

Según explicaba el cofundador de la compañía, Jan Berbee, los paneles tradicionales de poliestireno expandido emiten el triple de su peso en CO2.

Por su parte, el micelio es capaz de capturar el doble de su peso en dióxido de carbono, reduciendo la huella ecológica de un edificio.

 

Cultivar Edificios en Marte

La efectividad demostrada por el micelio como material de construcción, ha conducido a su propuesta como una opción interesante para el desarrollo de infraestructuras en Marte.

El arquitecto español Alberto Villanueva presentó hace unos años «Mars Utopia«, una estrategia para colonizar Marte que incluía el uso de micelio para el diseño arquitectónico en climas extremos.

En el proyecto, Villanueva planteaba el empleo de impresoras 3D y la bioluminiscencia junto al suelo marciano y los hongos. La idea captó la atención de la NASA y la Agencia Espacial Europea.

https://vimeo.com/130048653

Aquí puedes encontrar el proyecto explicado en profundidad.

 

La silla de Hongos

Los hongos también se han colado en el diseño de muebles, como ya hemos mencionado. Un ejemplo de ello es la silla de hongos creada por Eric Klarenbeek, un artista holandés.

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Fuente: Dezeen

Para su fabricación, Klarenbeek empleó una impresora 3D y una mezcla de paja molida con micelio. El artista señaló que el hongo actuaba como una especie de pegamento para la paja, obteniendo un material de características similares al corcho.

La mezcla se introducía más tarde en un molde impreso también en 3D utilizando bioplástico. Así, se permitía el crecimiento del hongo hasta cierto punto, obteniendo finalmente una estructura fuerte y estable.

 

Usos del Micelio de los Hongos en otras disciplinas

Las propiedades de los hongos los han convertido en un terreno de exploración interesante para muchas otras disciplinas.

Es por ejemplo el caso de los cascos Korvaa, diseñados por el estudio finlandés Ivaan y desarrollados empleando seis sustancias microbiológicas diferentes.

Para las almohadillas que van en contacto con las orejas, se empleó trichoderma reesei, un hongo mesofílico y filamentoso apodado como «el creador de burbujas más poderoso de la naturaleza» por sus diseñadores.

Para la cubierta de estas almohadillas se empleó el micelio de un hongo que destaca por su textura similar al cuero.

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Fuente: Dezeen

Otro caso es el de Bob Hendrikx, investigador de la Universidad Técnica de Delft y su «Living Cocoon«. Se trata de un ataúd creado a partir de micelio que acelera la descomposición del cuerpo.

Al mismo tiempo mejora las condiciones del suelo circundante, eliminado las sustancias tóxicas del mismo y enriqueciendo el terreno para el crecimiento de nuevas plantas.

El ataúd tarda en torno a una semana en crecer y una vez contiene el cuerpo tarda unos dos o tres años en descomponerse.

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Fuente: Dezeen

Ecovative Design es otra empresa puntera en este terreno. Formada por un equipo de ingenieros, biólogos, diseñadores y artistas, centra sus esfuerzos en el desarrollo de materiales sostenibles de alta eficiencia.

Usando micelio, han creado un exitoso sistema de empaquetado biodegradable, alternativas a la carne, al cuero y productos para la piel, entre otros.

El proceso de fabricación que emplean les permite controlar la textura, fuerza y porosidad de los productos creados.

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Fuente: Ecovative

Compañías como IKEA o DELL ya se han sumado al uso de este tipo de empaquetado biodegradable.

 

¿Qué depara el futuro?

Uno de los puntos clave que diferencia a los hongos y su micelio de otros materiales, es su tremenda habilidad de regeneración. Así, su inclusión en el mundo de la construcción podría dar lugar a un futuro de materiales orgánicos y dinámicos que alterarían nuestra concepción de la arquitectura y la forma en la que abordamos la temporalidad de los diseños.

En un contexto de cambio constante, ciclos de vida breves y sucesivas construcciones y demoliciones, la necesidad de convertir la sostenibilidad en estándar se hace más patente que nunca.

Aún es necesario seguir investigando, pues si bien en este artículo hemos presentado varios casos de su uso, aún se debe estudiar su eficiencia, competitividad y calidad estructural para el uso masivo.

A pesar de esto, es cierto que el micelio reúne todas las características de flexibilidad y biodegradabilidad radical necesarias para crear un nuevo paradigma en la arquitectura y la industria de la construcción.

¿Tú qué opinas? ¿Estás de acuerdo? ¿Crees que tiene futuro el uso de este recurso en el mundo del diseño y la edificación? ¡Déjanos tu opinión en los comentarios!

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