Cómo Afecta la Rehabilitación a Edificios Históricos

La rehabilitación o recuperación de edificios se ha convertido en una opción muy demandada. No solo lo es en viviendas, sino también en edificios históricos o singulares, ya que es mucho más sostenible y económico que construir nuevos edificios.
Además, la rehabilitación de edificios puede ser un factor clave en el desarrollo económico de un barrio en concreto o de una ciudad en general.
A continuación, os contaremos por qué es necesario rehabilitar edificios históricos, qué ventajas tiene hacerlo y, además, os enseñaremos algunos ejemplos.
Proceso de Rehabilitación de Edificios Históricos
Normalmente se trata de procesos largos, debido a la singularidad o antigüedad del edificio. Esto provoca que sea tratado de forma diferente a nuevas construcciones en lo que a mantenimiento se refiere.
En cuanto al proceso en sí mismo, este se divide en seis etapas, de las que os hablamos a continuación.
- El primer paso será hacer un estudio o diagnóstico del estado del edificio, revisando, por tanto, todas las deficiencias y anomalías que presente. Este estudio debe llevarse a cabo por técnicos colegiados cualificados.
- Elaboración del proyecto, que debe contener todas las soluciones para la corrección arreglo de las deficiencias y anomalías detectadas en el estudio. Este documento debe desglosar las diferentes soluciones constructivas, así que como cualquier modificación que pueda surgir durante la rehabilitación.
También es preciso que incluya una memoria del proceso, planos, mediciones, presupuestos y pliegos de condiciones
- Presupuesto de obras. Una vez elaborado el proyecto definitivo, hay que estudiar varios presupuestos que se ciñan al proyecto y a las diferentes normas urbanísticas.
- Solicitud de trámites administrativos, como la licencia para la rehabilitación, emitida por las Concejalías de Urbanismo de los Ayuntamientos.
- Ejecución de la obra, respetando todas las medidas de seguridad para la rehabilitación tanto interior como de la fachada del edificio.
- Una vez acabado el proceso de rehabilitación del edificio, la empresa que la ha llevado a cabo deberá firmar el documento final de obra. En este documento se incluyen la fecha de finalización de la obra, el importe total y la declaración de la recepción de la obra.
Finalmente, el arquitecto que ha llevado la dirección facultativa de la rehabilitación debe firmar el certificado final de obra.
A priori y, sobre el papel, este no parece un proceso largo ni complejo aunque, en la realidad, sí que puede llegar a serlo. Esto se debe a que esta clase de edificios suelen presentar una serie de problemas. Por eso, es de vital importancia solucionarlos para, por ejemplo, incentivar un crecimiento sostenible del entorno y de la ciudad.

Motivos para la Rehabilitación de Edificios Históricos
Una zona con edificios antiguos deteriorados puede provocar que se llegue a abandonar todo un conjunto de calles o zonas de una ciudad. Por tanto, con la rehabilitación de un edificio podemos mejorar el desarrollo y expansión del entorno más próximo.
Si hablamos de causas que provocan la necesidad de rehabilitar un edificio, la más frecuente es el deterioro de los materiales. Es el caso de la construcción con madera, muy común años atrás. Este material puede provocar la aparición de humedades, problemas derivados de los cambios de temperatura o presentar termitas o carcoma.
Otra motivo para la rehabilitación de un edificio es la aparición de grietas o fisuras. Además de ser un daño estructural, estas derivan en otros problemas como humedades por la filtración de agua desde el exterior.
En cuanto a las fachadas, estas pueden tener también una falta de transpiración, que deriva en desprendimientos de los revestimientos y coberturas estéticas.
Pros y Contras de la Rehabilitación de Edificios
Sin duda, rehabilitar edificios históricos presenta más ventajas que inconvenientes y, a continuación, te contamos por qué.
Ventajas de la Rehabilitación de Edificios
Una de las principales ventajas es que con la rehabilitación, se puede dar al edificio una mayor eficiencia energética. Puede ser mediante la instalación de fuentes de energía renovables o gracias a la mejora que suponen los cambios realizados en el edificio en cuanto a materiales, aislamientos….
Otro de los pros es que se puede aprovechar una obra de rehabilitación para hacer el espacio más accesible a personas con movilidad reducida. Esto se puede conseguir por medio de rampas o con la instalación de ascensores.
Rehabilitando un edificio, además, se adaptan las estructuras antiguas a la actual normativa, lo que recupera el valor histórico de los edificios, a los cuales incluso se les da un uso totalmente nuevo.
Con una buena rehabilitación, se alarga su vida útil y se mejora la actividad económica y dinamismo de la zona en la que se encuentra ubicado.
Por último, hay que tener en cuenta también que la rehabilitación puede presentar beneficios fiscales, como por ejemplo reducciones de impuestos o deducciones del IVA o IRPF.
Contras de la Rehabilitación de Edificios
Aunque en muchas ocasiones hay que derruir algunas partes o modificar otras, rehabilitar un edificio supone mejorar la seguridad de sus estructuras, así como su resistencia mecánica.
Además, se convierte en edificios más eficientes energéticamente al renovar aislamientos, ventanas, puertas y las propias instalaciones de suministro eléctrico, de agua o gas.
La rehabilitación de edificios también sirve para eliminar o reducir barreras arquitectónicas y para adaptar los espacios a nuevas funcionalidades.
Por tanto, como ves, rehabilitar un edificio no tiene ninguna desventaja, ya es todo un avance que será beneficioso tanto para el propio edificio como para el entorno que lo rodea.

Ejemplos de Rehabilitación de Edificios Históricos
Rehabilitar edificios es necesario para evitar el abandono de construcciones. Desde la rehabilitación de grandes edificios que se han transformado en viviendas, hasta los cambios en los edificios históricos, han supuesto una mejora del entorno donde se encuentran.
De varios ejemplos de edificios históricos rehabilitados os daremos más detalles a continuación.
Teatro Real de Madrid
El Teatro Real se inauguró el 19 de noviembre de 1850, después de 32 años de obras y de haber intervenido en su proyecto y construcción tres arquitectos diferentes.
Desde un principio, se concibió este espacio como un teatro de ópera y su origen ha de enmarcarse en la notable afición a este género artístico que había ya en Madrid a principios del siglo XIX.
A lo largo de los años, el Teatro Real ha sufrido más de una intervención. La primera de ellas fue por la carencia de sótanos y cimientos que, pese a ser uno de los elementos de mejor calidad constructiva, eran muy superficiales, por lo que fue la causa principal de su posterior ruina.
En 1925, se hundió una de las esquinas del edificio que, unido a un cortocircuito, provocó un incendio que obligó a cerrar el teatro definitivamente.
En 1966 se determinó que solo los muros de fábrica que formaban la estructura portante del edificio se encontraban en buenas condiciones, por lo que se encargó un proyecto de saneamiento y cambió radical al arquitecto Antonio Flórez Urdapilleta.
Con esta rehabilitación, se recalcaron cimientos y profundizaron hasta llegar a terreno firme, se aumentó el volumen de los sótanos y se construyó una galería perimetral, para recoger y canalizar las aguas antes de que afectarán a los cimientos.
También se reformó la fachada principal, elevaron la tercera planta y ampliaron anfiteatro y escenario.
Las obras se interrumpieron con motivo de la guerra civil en 1936 y, años después, se puso en marcha un nuevo proyecto que cambió el Teatro Real a Teatro de la Ópera, para lo que se ampliaron las salas para el público y los escenarios.
Además, se rehabilitaron columnas, fachada, planta alta y baja, nichos y se retocó la piedra decorativa en la cubierta.


Edificio de Correos Madrid
En plena plaza de Cibeles se encuentra el mirador de moda del centro de Madrid, el antiguo edificio de Correos, hoy en día reconvertido en una sala de exposiciones, zona de descanso, restaurante-bar, y un mirador espectacular.
Las obras de restauración fueron acometidas en dos fases. La primera fase de intervención se llevó a cabo entre 2005 y 2007 y acomodó las dependencias administrativas.
Una rehabilitación de 25.475 m2 dirigida por arquitectos municipales de la Dirección General de Patrimonio, que recuperó algunos espacios de la institución más representativos del inmueble.
Para la segunda fase de actuación, en los espacios destinados a un uso más público se plantearon 44.613 m2 de intervención, de los que aproximadamente 30.000 m2 correspondían a rehabilitación y el resto eran de nueva construcción bajo rasante.
Durante la rehabilitación del proyecto, se hizo mucho hincapié en el cuerpo principal, queriendo recuperar los valores esenciales espaciales y lumínicos y devolviendo la luz y diafanidad originales con la que fue ideado, mediante la restauración de los acristalamientos superiores.
Con su rehabilitación, se han eliminado las entreplantas, añadiendo escaleras y un ascensor, ahora parte esencial del nuevo recorrido. Por otro lado, en su construcción y sistema de apoyos, se pone de manifiesto una magnífica estructura metálica de una escala muy poco habitual.
El auditorio es una caja de música, con aforo para 270 personas. La galería de cristal es un nuevo lugar de encuentro, reuniones y celebraciones, un espacio multifuncional al servicio de la ciudad que nace de la cobertura del que fuera patio trasero del Palacio, antes ocupado por vehículos de reparto de correos.

Edificio España
Construido en los años 50, el Edificio España de Madrid también ha sido rehabilitado en los últimos años, hasta conseguir su aspecto actual. Descubre todo sobre la transformación de este edificio en el siguiente vídeo.
Cine Platea
En 1946 se completó el complejo Carlos III, ubicado al inicio de la calle Goya de Madrid. El proyecto combina residencias, un centro comercial, un cine y un centro para celebraciones.
El cine, al contrario de lo que sucede en otras grandes salas cinematográficas, no tenía fachada al exterior de la calle y se accedía a la sala a través del centro comercial. Por ese motivo, en 2013, a los viandantes que recorrían esta zona de Madrid se les pasó por alto la transformación a la que estaba siendo sometida la sala.
El cine Carlos III se convirtió en Platea, un espacio que abarca 5.800 metros cuadrados y que constituye el mayor centro de ocio gastronómico de Europa. El proyecto incluía una reestructuración parcial, una reconversión y restauración del espacio, respetando su forma original y los elementos protegidos.
Una cobertura de madera de colores claros actualizó la zona anteriormente ocupada por la pantalla, que ahora es un escenario en torno al cual se han organizado el resto de los espacios. Los comedores están distribuidos alrededor de las antiguas cajas escénicas, el proscenio y el foso.
Platea es el espacio para eventos que se adapta a todo tipo de necesidades.Su ubicación privilegiada en pleno Barrio Salamanca y con una infraestructura preparada para adaptarse a todo tipo de necesidades técnicas, lo convierten en la opción más versátil y mejor valorada del sector. Todo gracias a la rehabilitación acometida en el edificio.


Como has visto, son muchas las obras de rehabilitación las que se realizan para mejorar edificios históricos.