Francia y Alemania lideran la Estandarización de la Construcción Modular en Europa

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Una de las grandes transformaciones que vive hoy el sector europeo de la edificación no pasa por la altura de sus torres, ni por las formas expresivas de su arquitectura, sino por su capacidad de producir con eficiencia y replicabilidad. En este contexto, la industrialización ya no es una opción experimental, sino un eje estratégico. Y en mayo de 2025, dos de los mayores actores del continente, Francia y Alemania, han decidido formalizar su liderazgo con un acuerdo binacional de estandarización de sistemas constructivos modulares, especialmente enfocados en la vivienda social.

La noticia fue anunciada durante el salón BATIMAT Europe, en París, donde delegaciones técnicas, políticas y empresariales de ambos países revelaron los detalles de un marco normativo común que permitirá homologar elementos prefabricados y procesos constructivos industrializados. Su objetivo: construir más rápido, con mejores estándares, menor huella ambiental y con la posibilidad de que un módulo producido en Alsacia sea instalado en Renania sin obstáculos normativos.

La iniciativa cuenta con el respaldo institucional de la Unión Europea, que ve en la estandarización modular no solo un mecanismo de cooperación técnica, sino una oportunidad concreta para desbloquear el mercado único en el sector de la construcción industrializada, uno de los más fragmentados históricamente en Europa.

Un pacto técnico para redefinir la vivienda social modular

Más allá de su valor simbólico, el acuerdo entre Francia y Alemania se articula sobre una base técnica y jurídica concreta. Los ministerios de Vivienda de ambos países han puesto en marcha una mesa binacional de armonización normativa, con la participación de expertos del Centre Scientifique et Technique du Bâtiment (CSTB) y del Deutsches Institut für Normung (DIN), junto a representantes del sector privado.

El primer objetivo es común y directo: establecer un marco unificado de exigencias técnicas, normativas de seguridad y criterios de homologación para elementos modulares (muros, forjados, núcleos técnicos, cerramientos, etc.) destinados a vivienda asequible. Esto incluye materiales, espesores mínimos, criterios de resistencia estructural, aislamiento térmico, protección contra incendios y requisitos de accesibilidad.

¿Por qué centrarse en la vivienda social? Porque, tal como subrayaron ambas delegaciones, es el campo de actuación que más necesita una producción eficiente, rápida y escalable, y donde las barreras normativas actuales más retrasan la adopción de soluciones offsite. Cada región impone condiciones específicas que impiden el uso transfronterizo de productos industriales, encareciendo la edificación y limitando la competitividad de las empresas modulares.

De tener éxito, este marco binacional podría escalarse a una normativa europea armonizada, similar al modelo EN para otros productos industrializados. La propuesta, que ya circula en Bruselas como borrador, contempla crear un “Pasaporte Modular Europeo”, una especie de certificación técnica que habilite a los fabricantes para operar en toda la UE sin necesidad de rehacer ensayos, cálculos o adaptaciones normativas en cada país.

Estandarizar para escalar: por qué el momento es ahora

El impulso por una construcción modular estandarizada no ocurre en el vacío. Europa enfrenta un déficit estructural de vivienda asequible y un contexto climático que exige reducir al mínimo las emisiones del sector AECO, responsables de casi el 37% de las emisiones de carbono del continente, según datos del World Green Building Council (2025).

El modelo tradicional de construcción, intensivo en mano de obra, con baja productividad y grandes variaciones de calidad, no da respuesta a los retos actuales. En cambio, el modelo industrializado, como ya han demostrado iniciativas en los Países Bajos, Dinamarca o Escocia, permite una producción más controlada, eficiente y sostenible. Pero para escalar esta solución, es imprescindible eliminar los cuellos de botella regulatorios.

Lo confirma Martin Steinbeis, director técnico del consorcio modular BauKonzept, con sede en Hamburgo:

“Nuestra fábrica puede producir 800 módulos al año, pero solo el 35% se exportan. Las diferencias normativas entre Francia, Bélgica y Alemania nos obligan a modificar planos, certificados y ensayos en cada mercado. Es absurdo desde el punto de vista productivo, y genera sobrecostes del 12% al 20% por unidad.”

El nuevo acuerdo responde directamente a esta problemática: reduce barreras, incrementa certidumbre y estimula la inversión en capacidades industriales locales, favoreciendo además la aparición de nuevas pymes proveedoras especializadas.

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Fuente: Archdaily

 El Reino Unido reactiva su estrategia MMC tras años de turbulencias

Mientras tanto, al otro lado del Canal de la Mancha, el Reino Unido, fuera del marco legal europeo, pero estrechamente vinculado en términos de innovación y mercado,  ha decidido actuar con contundencia para salvar un sector que en los últimos años sufrió caídas, quiebras y suspensiones de proyectos debido a una mezcla de inflación, inseguridad financiera y falta de apoyo gubernamental.

En abril de 2025, el Ministerio de Vivienda británico lanzó un programa de rescate y estímulo para los Métodos Modernos de Construcción (MMC), destinado a completar más de 3.500 viviendas modulares iniciadas por empresas que cesaron su actividad. Además, se ha aprobado un nuevo paquete de inversión pública y capital riesgo para apoyar a startups y fabricantes que operen con criterios de emisiones cero, digitalización avanzada y procesos totalmente industrializados.

El programa incluye una medida clave: a partir de septiembre de 2025, todo proyecto modular financiado con fondos públicos deberá integrar obligatoriamente un sistema BIM Level 2 o superior, para asegurar trazabilidad, eficiencia y colaboración entre agentes.

La secretaria de Vivienda británica, Harriet Mitchell, lo expresó con claridad durante su comparecencia ante la Comisión de Vivienda del Parlamento:

“El MMC no ha fracasado. Lo que ha fallado es no protegerlo de la volatilidad. Con estas medidas, relanzamos nuestra apuesta por una construcción rápida, limpia, digital y sostenible.”

Impactos en el sector AECO europeo y oportunidades de cambio estructural

La estandarización modular propuesta por Francia y Alemania no solo responde a necesidades técnicas, sino que implica una reconfiguración estratégica del ecosistema de la construcción en Europa. Desde el diseño arquitectónico hasta la fabricación y el montaje en obra, todos los actores del sector AECO (arquitectura, ingeniería, construcción y operación) se ven directamente implicados en esta transformación.

En términos operativos, los efectos se proyectan en tres dimensiones clave:

  • Aceleración de la innovación: Al reducir las trabas administrativas y armonizar exigencias técnicas, los fabricantes podrán invertir más en I+D para optimizar diseños, materiales y soluciones de ensamblaje, sabiendo que sus productos serán válidos en múltiples mercados.
  • Mayor competitividad y economía de escala: La homologación entre países permitirá que pequeñas y medianas empresas modulares ganen acceso a clientes internacionales, reduciendo su dependencia del mercado local. Esto estimulará la aparición de clusters modulares transfronterizos, especialmente en regiones industriales como el eje Alsacia–Baden–Palatinado o el corredor Lille–Aachen.
  • Sostenibilidad sistémica: La producción estandarizada implica también mayor control sobre la eficiencia energética de los edificios, los materiales utilizados y la gestión de residuos. Los nuevos estándares incluirán criterios medioambientales obligatorios, alineados con el Pacto Verde Europeo y la Taxonomía de Finanzas Sostenibles de la UE.

Según un análisis reciente de McKinsey & Company (abril 2025), la adopción plena de sistemas modulares industrializados en Europa, con normativas armonizadas, podría reducir en un 35% el tiempo promedio de ejecución de proyectos residenciales y en un 20% sus costes operativos. Además, se estima una reducción de emisiones del 30% en comparación con la construcción convencional.

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Fuente: Archdaily

 ¿Y qué papel juega España en este nuevo ecosistema modular?

El avance franco-alemán plantea una pregunta inevitable: ¿qué está haciendo España para sumarse a esta ola de industrialización europea? Si bien el país ha mostrado señales positivas, como el lanzamiento del PERTE de Vivienda Industrializada, presentado por el presidente Pedro Sánchez en abril de 2025, todavía existe una falta de alineación profunda con las dinámicas normativas europeas.

Actualmente, el marco técnico español para la construcción industrializada carece de un sistema de homologación nacional específico para elementos modulares, lo que obliga a los fabricantes a pasar por validaciones ad hoc en cada proyecto o comunidad autónoma. Esto ralentiza la escalabilidad y penaliza la innovación.

No obstante, existen señales alentadoras. Organismos como el Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc-CSIC) han iniciado conversaciones con sus homólogos europeos para desarrollar un sistema de certificación técnica europea para módulos offsite. Además, regiones como Cataluña, Navarra o la Comunidad Valenciana han comenzado a incluir criterios de industrialización y puntuación adicional en licitaciones públicas de vivienda, lo que acerca el marco español a modelos como el neerlandés o el francés.

Según fuentes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), España podría incorporarse como observador técnico al grupo franco-alemán de estandarización a partir del segundo semestre de 2025, con miras a una adhesión plena en 2026. Esta participación sería clave para asegurar que los estándares futuros sean compatibles con las realidades productivas y normativas del sur de Europa.

¿Qué implica esta estandarización para el futuro de la vivienda asequible en Europa?

La iniciativa franco-alemana representa mucho más que una convergencia técnica: es una apuesta política por la industrialización sostenible de la vivienda pública, en un momento en el que las ciudades europeas enfrentan una tormenta perfecta de presión demográfica, emergencia climática y crisis de asequibilidad.

Los expertos coinciden: la vivienda modular, rápida y de bajo impacto, es una de las pocas herramientas realmente eficaces para responder al déficit de vivienda en zonas urbanas sin generar más emisiones, más residuos o más ocupación de suelo. Pero para que esta solución sea viable a gran escala, necesita operar bajo reglas del juego homogéneas, que permitan a arquitectos, promotores, fabricantes y autoridades hablar un mismo idioma técnico.

La creación de un marco normativo modular europeo también permitirá a las ciudades incorporar procesos de compra pública más ágiles, favoreciendo proyectos llave en mano, bajo demanda y con métricas verificables de impacto social, energético y económico.

Un ejemplo práctico es el caso del municipio de Nanterre, en Île-de-France, que ya planea licitar 400 viviendas sociales modulares con elementos prefabricados certificados para 2026. Gracias al nuevo acuerdo, podrá adquirir estos módulos en Alemania, sin necesidad de adaptarlos o recertificarlos, acortando en más de cinco meses los plazos de entrega.

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Fuente: Archdaily

El camino por recorrer: Interoperabilidad, digitalización y certificación ambiental

Sin embargo, el acuerdo aún enfrenta desafíos. Uno de los principales es la interoperabilidad digital: la integración entre modelos BIM, ERP de fábrica y plataformas de obra todavía presenta fricciones, especialmente cuando se cruzan fronteras. Francia ya exige BIM Nivel 3 en proyectos de vivienda pública, mientras que Alemania apenas comienza a introducir exigencias similares.

También es necesario resolver cómo se reconocerán mutuamente las certificaciones ambientales, como HQE, DGNB o Passivhaus, dentro del nuevo marco modular. Estas etiquetas son fundamentales para acceder a financiación verde europea, pero su equivalencia técnica aún no ha sido plenamente definida.

En palabras de Sylvie Bernard, directora de innovación de la Federación Francesa de la Construcción Modular:

“Estandarizar no es homogeneizar; es coordinar inteligentemente. Cada país debe poder mantener sus valores de sostenibilidad, pero compartiendo una base técnica común que facilite la producción y el comercio.”

Modular, estandarizado y europeo

El acuerdo entre Francia y Alemania marca un punto de inflexión para la industrialización de la vivienda en Europa. No se trata únicamente de producir más rápido, sino de crear un sistema que permita a los países cooperar, a las empresas escalar y a los ciudadanos acceder a viviendas de calidad con menores costes sociales y ambientales.

A medida que España y otros países del sur de Europa se sumen a este proceso, será posible imaginar un futuro en el que la construcción modular no sea la excepción, sino la norma. Una norma eficiente, sostenible y, sobre todo, común.

Enlace a más contenidos de Inarquia sobre estandarización, industrialización y el futuro de la vivienda en Europa.

Fuente imagen de portada: Archdaily

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