Cómo Impermeabilizar una Fachada y evitar la Humedad por Capilaridad

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La impermeabilización de una fachada es una de las intervenciones más importantes para garantizar la durabilidad y el buen estado de cualquier edificio. Las fachadas están constantemente expuestas a condiciones climáticas adversas, como la lluvia, el viento y las fluctuaciones de temperatura, lo que puede provocar deterioro en los materiales y la aparición de problemas graves, como la humedad por capilaridad

Este fenómeno ocurre cuando el agua asciende a través de los capilares de los materiales de construcción, lo que puede generar daños tanto estructurales como estéticos. Es fundamental conocer los métodos de impermeabilización adecuados para prevenir estos problemas y prolongar la vida útil del edificio.

¿Por qué es Importante Impermeabilizar una Fachada?

Impermeabilizar una fachada no es solo una cuestión de estética, sino también de funcionalidad y protección estructural. Una fachada sin la debida protección permite que el agua y la humedad se filtren, afectando la integridad de los materiales. Esto puede derivar en problemas como la aparición de moho, manchas de humedad, eflorescencias y el deterioro de los revestimientos.

Además, la impermeabilización adecuada contribuye al aislamiento térmico del edificio. Al impedir que el agua penetre en los materiales, se evita la formación de puentes térmicos, lo que mejora la eficiencia energética al reducir la necesidad de calefacción o refrigeración. De este modo, la impermeabilización protege la estructura y ayuda a disminuir el consumo energético.

Otro aspecto fundamental es la prevención de la humedad por capilaridad. Este tipo de humedad es común en edificaciones antiguas o en aquellas que no cuentan con una barrera antihumedad en los cimientos. La humedad asciende desde el suelo a través de los poros de los materiales, afectando principalmente a las plantas bajas y sótanos. Si no se controla, puede generar problemas graves como el debilitamiento de los muros y la aparición de hongos.

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Fuente: Freepik 

Técnicas para Impermeabilizar una Fachada

Existen diferentes métodos para impermeabilizar una fachada, cada uno adaptado a las necesidades específicas de la construcción y el tipo de humedad que se quiera evitar. A continuación, se presentan algunas de las técnicas más utilizadas para lograr una impermeabilización eficaz.

Revestimientos impermeabilizantes

Se aplican como pinturas o morteros, creando una barrera que impide el paso del agua pero permite la salida del vapor. Son ideales para fachadas que necesitan «respirar».

Inyecciones de resinas o productos hidrófugos

Se inyectan en los muros para bloquear los poros y evitar que el agua ascienda. Son útiles en edificios antiguos o donde las intervenciones exteriores son limitadas.

Colocación de láminas impermeabilizantes

Se instalan láminas sintéticas sobre la fachada, creando una barrera física contra el agua. Son ideales para zonas con alta exposición a la lluvia.

Tratamientos hidrofugantes

Se aplican productos que repelen el agua sin alterar la apariencia del material. Son adecuados para fachadas de materiales naturales como ladrillo o piedra.

Pasos para una Impermeabilización efectiva

Para garantizar una impermeabilización adecuada de la fachada, es fundamental seguir un proceso riguroso. Este comienza con una preparación exhaustiva de la superficie, eliminando cualquier impureza o daño que pueda afectar la adherencia del producto impermeabilizante. 

A continuación, se selecciona y aplica el material más apropiado, ya sea un revestimiento, una inyección o una lámina, siempre siguiendo las indicaciones del fabricante para asegurar una cobertura completa. Por último, es imprescindible realizar un mantenimiento periódico de la fachada para detectar y solucionar a tiempo cualquier problema que pueda surgir en la impermeabilización. 

Con estos cuidados, se prolonga la vida útil del tratamiento y se protege eficazmente la fachada de la humedad.  

Fuente imagen de portada: Freepik 

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